viernes, 4 de noviembre de 2016

Calaveras de amor






En Brooklyn me compré un llavero de calaveras, un recordatorio de todas las batallas, las que ganè y a las que logrè sobrivivir.
Cuando caminaba por la calle, esos días en que se me hacía dificil sostener el corazón en un solo pedazo, las hacía correr por mis dedos. Como si fuera hoy, las reuno, las aprieto en mi puño. Sabían como trasmitirme eso que les encomendè que fueran, eran mis aliadas, aún lo son. 
Calaveras; Mis victorias de amor. Amor por mì y por la vida,  por lo que permanece, por lo que no muere; por lo que está más alla de la carne y las tripas. 
Ellas son testigos de aquello que murió, para que, al fin, lo inmortal se libere.